NAVEGAR POR TU ROSTRO

Adentrandome en tus ojos espesos,

nadé sobre el mar de tu fachada,

residí en las olas de tus besos

y me ahoge en el misterio de tu mirada.

Los cabellos en tu rostro, manchaban

tus luceros bañados en miel

y en el puerto de mis labios, embarcaban

los navíos procedentes de tu piel. 

Navegando por el piélago de tu visaje,

encallé en las rocas de tus cosquillas

y utilizé la maleza de mi pelo

para evitar el oleaje de tus mejillas

Cuando el periplo terminaba,

vino a mi una premisa,

que  si a la dársena llegaba

atisbaría el faro de tu sonrisa.