[ inicio ]

 Mientras en el mundo se sufre tanto dolor por la destrucción y niños que mueren y otros que quedan mutilados y desolados por haber perdido todo lo que poseían, sus seres más queridos, sus padres, su hogar.

 ¡Oh, Dios!, si eres energía y potencia en el universo, ¿dónde estabas que no oíste sus ruegos?

 Esos niños no serán nunca más felices y alegres y para ellos será un mundo triste.

 ¡Oh, Dios! Te pregunto por qué los has olvidado, pues para ellos el sol ha dejado de brillar y dar calor.

 Aunque el sol esté donde esté y siempre permanezca ahí para todos, quizás su calor nunca los vuelva a abrigar. Se siguen aferrando a la vida en silencio aunque en el mundo en que viven no sean libres. ¿Podrán decir algún día Seré feliz y mis penas quedarán atrás, pero no en el olvido y ojalá llegue el día en que mis heridas cierren?

 Ellos podrán pensar: Soñamos con mundos libres y poder ser felices algún día. Nos aferramos a la vida hasta que Dios decida, porque sólo desde entonces será de él la energía que poseeremos para continuar y lograrlo.

 Yo me pregunto: Dios, ¿tendrás tiempo para ellos algún día?