Cargando la página...
por favor espere

 
Documento sin título
E-mail
Contraseña
Registrate para agregar tus poemas
[ inicio ]
Categorías
Agradecimiento (90)
Amistad (136)
Amor (3380)
Cómicos (38)
Consuelo (69)
Cortos (166)
Eroticos (98)
Familiar (74)
Fechas especiales (50)
Infantiles (78)
Nostalgia (454)
Otros (686)
Pensamientos (866)
Religioso (91)
Traición y odio (123)

Hojas Creativas

Publicidad


¿CÓMO TENGO QUE MIRARTE?


(Dediaco a mi abuela)

 

Aventuras de niña

Experiencias de moza

Mujer, madre y esposa

Historias de abuela.

Son toda una vida que se va…

Como una paloma,

Con vuelo firme

Y sin mirar atrás.

 

Con cierta actitud de desahogo con la que se acaba de declamar toda una vida, un gato negro despunta en la oscuridad, y no es por su color, ni por sus ojos tristes que llama la atención, sino porque contempla la nada sentado a la orilla de una cuesta.

Que es desde donde yo te miro ¿Y acaso puedo mirarte como miran los vivos? Para rememorarte me acercaré al sueño profundo donde tu presencia se hace adorable, acariciaré tu pelo y te daré la bienvenida con un abrazo. Tu pequeña silla te estará esperando, y una vez que hayas tomado posesión de ella, como todos los mediodías, serviré el almuerzo y comeremos juntos, luego y para que nadie se sorprenda por tu presencia, te preguntaré:

-¿Te vas a quedar? A lo que tú me responderás con invariable certeza.

-No, ya me estoy yendo. Y te irás definitivamente, dejando la pequeña silla vacía.

A tu ausencia, se sentirá un gran devenir que llenará de silencio el mundo, cualquier movimiento del gato, incluso un suspiro, será fácilmente percibido. Y yo me quedaré mirando la cuesta, preguntándome cómo debo de recordarte. Más como no puedo saberlo debo de someterme a las divagaciones de la noche, casi como si pudiera acercarme a decirte:

 

Ahora moras tú, en la infinidad del tiempo

Vienes, desde allá abajo, y el instante es perdurable

Como un suspiro, como un ronroneo de tu gato.

Encontrarte es intentar volver en el tiempo, es decir, que se hace insondable

Pero necesario.

 

El carácter de las cosas es intrascendente, pero tú no y por eso, te tornas inalcanzable ahora que miro bien y que mi mirada y contemplación ya no alcanzan, y vuelvo a preguntarme: ¿Cómo tengo que mirarte?

Como todas las cosas, me lleno de futilidad, ajeno hasta de mi condición humana. Sin siquiera el ligero brillo que tienen las viejas máquinas corroídas por el tiempo.

Y cuando todo se hace inexorable, sale mi niñez para echar a andar, una vez más, el pulso de la vida. Hasta aquí las cosas tienen una imagen, pero carecen del tono fluido, y en su espesura solo borbotean, y se pierden.

Entonces solo queda la armonía de tu voz, única consistencia que acompaña mi tránsito por la vida:

 

Phatitan phatitan                                          

Pharan pharan pharitay                                

Pachkanita phatitay                                       

K’atay k’atay k’atitay

Pachkanita phatitay  (1)

 

Si la ambición más profunda esta noche es escucharte cantar y suspirar una vez más, entonces quedaré sobresaltado por la oscuridad y la muerte. Pero a cierta hora la brisa se condolerá y traerá una melodía, con el viento como único instrumento que marca un compás diferente -y esa diferencia consiste en que va y viene gradualmente, sin embargo, no puede calcularse sino a su propio modo-. Motivado por esa armonía esgrimiré el último canto de la noche, asediado por la urgencia de no perder el ritmo que encierra, porque es como la voz que necesito escuchar, ya que la echo de menos. Y quién habría dicho pero no lo hubiera notado, excepto porque ya desde el ritmo llevaba tu nombre:

 

Mi más profundo anhelo

Es ahora una estrella en el cielo

Risueña voz que aún me arrulla

Cantando una canción de cuna.

Eres fulgor, voz y brisa

Del más alto vuelo y destino

Eres estrella que mis pasos guía

Susurrando en mi oído una melodía. (2)

 

Y sin más que decirte, sea esta una breve despedida, que no dure más que un hasta luego, por muy impreciso que aun sea el tiempo que nos separa. Porque todo lo que aquí se adhiere al tiempo es oscuro como la noche, todo parece ser lanzado al precipicio, incluso yo, y el único que se salva aquí es tu gato negro.

-Pero aun así, a esta hora incierta, me pregunto: ¿Cómo tengo que mirarte?

 

 

(1) Primera estrofa de la canción: Phatitan de Luzmila Carpio, como referencia adjunto un audio del tema: https://www.reverbnation.com/luzmilacarpio/song/14197403-phatitan

 

(2) Esta parte del poema viene de un acróstico que ya había presentado en esta página con anterioridad, como referencia adjunto el video que hice del mismo: https://www.youtube.com/watch?v=Y8BjReUOikU

 



Fecha: 15/11/2017Autor: Luis c TorricoE-mail: luisuru07@gmail.comVisitas: 155

Publicidad
 

Hojas Creativas - 2008/2024
info@hojascreativas.com


Pablo Morin
www.pablomorin.com