Entre sombras y laureles
En los quince, mi ser se adentró en la tormenta,
ansiedad y depresión, sombras que me enfrenta.
Mis versos, antes danzas en el firmamento,
se desvanecen, perdidos en un oscuro lamento.
La pluma, confidente mudo de mi dolor,
se silencia entre susurros, en el tiempo sin color.
La poesía, amiga lejana en la desolación,
se desvanece, eclipsada por la melancolía sin razón.
Pocas veces trazo tinta en días sombríos,
la creatividad se desploma, como pájaros tardíos.
Entre aulas de adolescencia y la incertidumbre,
me olvido, mi esencia perdida en la penumbre.
En el silencio, me arrastro hasta la graduación,
la pluma apenas roza el papel con resignación.
Pocas veces escribo, entre suspiros fugaces,
mientras la depresión deja cicatrices audaces.
La poesía, en pausa como un susurro distante,
espera pacientemente mi retorno en el instante.
Aunque mi voz se apague en la danza del desvelo,
mi pluma, paciente, aguarda el renacer del destello.
En la graduación, un atisbo de luz se asoma,
entre laureles, redescubro mi esencia aromada.
Aunque la oscuridad amenazó con ser eterna,
la poesía resurge, una llama que nunca se gobierna.
Que los días venideros sean páginas de resiliencia,
en mi graduación, inicio una nueva existencia.
Aunque la depresión y ansiedad hayan sido duras,
la poesía florecerá, un renacer de dulces futuras.
Fecha: 03/12/2023 | Autor: Ryoga Romero | Visitas: 107 |